Por ahora no llevo una cronología
de todo lo que ha sido esta experiencia, porque luego de dedicar cuatro publicaciones
a mi viaje a Berlin, he decido entrar en materia en cuanto a esto de ser Au
Pair; por ello me gustaría contarles todos los pasos que me trajeron hasta aquí,
pero vamos, poco a poco, escribiré conforme crea más emocionante contar.
Luego de tener lo más
importante: la visa, empezaba otra parte del proceso: buscar boleto de avión.
La mejor opción fue viajar en un vuelo directo de Lufthansa que salía del
Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México programado el domingo 21 de
abril de 2013. ¿Pero que creen? Los trabajadores de Lufthansa entraban en
huelga el lunes 22, por ende el vuelo quedaba cancelado hasta nuevo aviso. Yo había
hecho la cena de despedida con mis amigos el sábado anterior al vuelo, así que
no tenía más pendiente que hacer en México en lo que programaban el vuelo. Lo
cierto fue que me reubicaron en el vuelo que salía el miércoles 24 de abril a
las 9:40, creo, no recuerdo la hora exacta. Llegado el miércoles, me fui al
aeropuerto a eso de las 4:30 pm, con tiempo de sobra porque mis amigas de la
escuela irían a despedirme, así que tendría tiempo de sobra para la despedida.
Estaba nervioso, lo puedo negar, también emocionado, pero más nervioso. Era una
sensación de intranquilidad. Mis amigas llegaron un poco tarde; nos dispusimos
a tomar algo mientras conversábamos. Hablamos mucho, me dieron unos regalos que
aún conservo acompañados de tarjetas con mensajes hermosos dándome ánimos, deseándome
buenas cosas. La verdad no pensé en emocionarme tanto con tantas muestras de
cariño.
Mis amigas se fueron a eso
de las 7:30, por lo que me fui a documentar sobre la hora pico del vuelo, a eso
de las 8:00 pm. Mi maleta llevaba un sobrepeso de casi 3 Kg. ¡Válgame Dios! La
chica que me atendió se portó súper amable en el mostrador, me dio mi pase de
abordar junto a mi pasaporte, seguido de las instrucciones de cuál era la
puerta, la hora límite para abordar, esas cosas que sabemos; pero del equipaje
no me dijo nada, solo dijo ¡Buen viaje! Yo emocionado porque me había ahorrado
el pago del sobrepeso, que ni idea de cuánto iba a costar, pero emocionado que
no me cobraran nada. Camino un poco más de 500 metros hasta pasar el punto de
control de migración sin ningún sobresalto, todo lo de rutina, sin novedades;
me dirigí al módulo donde debía registrar mi salida del país con un sello en el
pasaporte. Hasta allí todo iba bien.
Pase a la sala de espera
que estaba a dos paso; no me dio tiempo de pasar a los comercios por el
shopping porque tenía el tiempo encima;
lo unico que hice fue comprar un café frio en Starbucks antes de abordar.
Llamaron el vuelo, la gente formada para subir al avión, sin contratiempos,
todo rápido, estaba impresionado de la agilidad de los empleados de Lufthansa
para organizar todo. Una vez sentado, estaba tranquilo, esperando el despegue,
con pocas ansias, no podía esperar otra cosa que el despegue. Cuando el avión empezó
a acercarse a la pista de despegue, estuve a punto de gritar que me bajaran,
jajaja, creo que eran los nervios. Pues nada, el avión despego con
tranquilidad; fueron un poco más de 10 horas de vuelo, durante las cuales vi Hitchcock,
comí pollo en salsa, tome cerveza alemana, dormir, escuche a algo de los
Mumford and Sons, volví a dormir, etc. Me desperté cuando faltaban dos horas
para aterrizar, el sol entraba por las ventanillas que estaban abiertas a más
no poder; estaban sirviendo comida, así que aproveche para llenar la panza
antes de aterrizar. Y cuando menos lo esperaba, estábamos aterrizando en el
Aeropuerto Internacional de Frankfurt am Main. Llegamos a eso de las 2:30; no
se me hizo tan pesado el vuelo considerando todas las horas allí metido en ese avión.
Fui el último en bajar del avión, no tenía prisas; de allí me dirigí al punto
de control migratorio para poder sellar el pasaporte, no sin antes responder un
par de preguntas de rutina. Pase sin ningún inconveniente, fui por mi maleta
que pesaba un buen.
Y es que desde que pude el
primer pie en Alemania, pude percibir esa tranquilidad de la que vengo
hablando. El aeropuerto que es inmenso, no pude comprobarlo porque no me quede
más del tiempo necesario, estaba tranquilo, los que esperaban en la cola de migración
lo hacían en silencio o conversaban en voz baja, nada de gritos como estamos
acostumbrados los latinos. Y así fue como llegue a tierras germanas un jueves
25 de abril de 2013. Mi primera vez en Alemania. Mi primera vez en Europa.
:) Espero que te encante Europa! Vas a poder viajar y conocer sitios preciosos, ya verás!
ResponderBorrarTe deje mi email en mi blog, te lo dejo aquí (anaupairsuitcase@gmail.com) para que me escribas un correo y así poder hablar mejor de lo de la entrevista.
¡Un saludo y mucha suerte en los primeros días!